Hoy os quiero presentar mi última inovación:
Mi huerta colgante. Tenía uno de esos zapateros cutres y inútiles en mi armario (inútil porque era pequeño y solo entraban mis chanclas), lo saqué a la terraza, llené las casillas con tierra de Leroy Merlin (lo menciono sutilmente porque me patrocinó un poco) y ya han salido los brotes de perejil, lechuga y coliflor. Dentro de nada se les sumarán (ojala) la albahaca y el cilandro.
Casi no ocupa nada de espacio y lo bueno es que lo puedo colgar en invierno en los sitios soleados y en verano en los sitios de sombra para que no se quemen las plantitas. A parte de eso también dispone de un complicado sistema de (semi-)auto-riego de gran eficacia:
En principio, el agua sobrante de las plantas superiores se dirige hacía abajo donde puede ser aprovechado de las otras plantas.